El sector del transporte terrestre de carga en Chile enfrenta un panorama complejo de cara a 2025. Aunque las proyecciones económicas para ese año son optimistas, con expectativas de crecimiento, la realidad actual presenta desafíos que requieren una visión estratégica y colaborativa.
Las cifras del contexto económico chileno muestran signos de desaceleración. El crecimiento proyectado entre 1.8% y 2.5%, junto con un Imacec de 2,1% en 2024, indica una recuperación aún frágil. Si bien algunos sectores, como la minería, muestran mejor desempeño, la economía en general se encuentra en un escenario restrictivo. Esto afecta directamente al transporte de carga, cuya actividad sigue la tendencia del PIB, lo que obliga a buscar alternativas y estrategias para mantener la competitividad en un mercado cada vez más competitivo y cambiante.
El sector del transporte en Chile está compuesto por aproximadamente 220,000 camiones, además de semirremolques y otros recursos logísticos, generando cerca de 250,000 empleos directos y múltiples empleos indirectos. La industria contribuye aproximadamente con el 5% del PIB, evidenciando su importancia económica y social. Sin embargo, para asegurar su sostenibilidad, el sector debe apostar por la innovación y por una gestión que priorice la eficiencia energética y la modernización tecnológica, incluyendo la incorporación de vehículos más limpios y electromovilidad.
No obstante, persisten desafíos importantes. La inseguridad, con reportes de asaltos recurrentes a camiones, requiere un fortalecimiento de las políticas de seguridad y la fiscalización, además de la actualización de leyes como la “antijammer” para reducir vulnerabilidades. La infraestructura vial también se encuentra en un estado de insuficiencia, con proyectos clave retrasados o paralizados, lo que impacta en la eficiencia logística y en los costos operativos de las empresas.
Por otro lado, la percepción de incertidumbre económica ha llevado a una baja en la compra de nuevos camiones, reflejada en una disminución del 3,5% en ventas en 2024 respecto a 2023. Esta coyuntura genera una postergación de inversiones y una reducción en la confianza del sector. Además, la escasez de conductores especializados —estimada en al menos 10,000 vacantes— limita la capacidad de crecimiento del sector y aumenta los costos laborales, a la vez que pone en evidencia la necesidad urgente de una capacitación adecuada y de medidas que atraigan a nuevos talentos a esta actividad esencial.
En Transportes Pezzola, entendemos de primera mano que el sector del transporte terrestre de carga en Chile atraviesa un periodo de grandes desafíos, pero también de oportunidades. La incorporación de tecnologías sostenibles, la mejora en infraestructura, el fortalecimiento de la seguridad y la capacitación del recurso humano son pilares fundamentales para garantizar un crecimiento sostenido y competitivo. La colaboración entre los sectores público y privado, con políticas claras y visión a largo plazo, será clave para transformar estos obstáculos en motores de innovación y desarrollo. Solo desde un abordaje integral y comprometido, Chile podrá consolidar un transporte de carga más eficiente, seguro y sostenible en 2025 y más allá, asegurando que su economía y sociedad se beneficien de un sector fortalecido y preparado para los nuevos retos del siglo XXI.