En la madrugada de Año Nuevo, un ataque incendiario tuvo lugar en la comuna de Los Álamos, Región del Biobío, resultando en la destrucción de cinco vehículos de la Forestal Arauco. Un grupo de individuos ingresó al estacionamiento de una hostería en el sector de Pitrinco, donde incendiaron cuatro camiones de combustible y una camioneta de la empresa.

Durante el incidente, se encontró un lienzo del grupo Weichán Auka Mapu (WAM), en apoyo a Luis Tranamil, condenado por el homicidio del carabinero Eugenio Naín, y a Catrileo Yempi.

El delegado de la provincia de Arauco, Humberto Toro, comentó: «Aproximadamente, a las 02:15 horas se produjo este atentado en la localidad de Antihuala, donde se quemaron cuatro camiones y una camioneta, que estaban siendo conducidos por conductores alojados en el lugar.» Además, enfatizó que en la provincia se busca mantener la paz y que los responsables de estos actos serán perseguidos y detenidos.

Hasta el momento, no hay detenidos relacionados con el ataque.

La Confederación Nacional de Dueños de Camiones de Chile condenó el ataque, calificándolo como un «mal presagio de inicio de año» y advirtió sobre la necesidad de «no bajar la guardia ante el violentismo».

La reciente ola de violencia en la Región del Biobío, simbolizada por el ataque incendiario en Los Álamos, refleja una compleja realidad que enfrenta el país. La destrucción de vehículos de la Forestal Arauco, en un acto que se asocia con un trasfondo de reivindicaciones políticas y sociales, pone de manifiesto la tensión existente entre distintos sectores de la sociedad chilena. Este tipo de incidentes no solo desestabilizan la convivencia pacífica, sino que también afectan la economía y la seguridad de las comunidades locales.

La reacción de las autoridades, así como la condena de organizaciones como la Confederación Nacional de Dueños de Camiones, subraya la urgencia de abordar las causas profundas de estos conflictos. Es esencial que se fomente un diálogo constructivo que permita encontrar soluciones sostenibles y pacíficas, evitando que la violencia se convierta en la respuesta predominante a las diferencias sociales y políticas.

En [Transportes Pezzola] creemos que es vital recordar que cada acto de violencia no solo tiene consecuencias inmediatas, sino que también deja huellas duraderas en la sociedad. La búsqueda de justicia y paz requiere un compromiso colectivo para construir un futuro donde el respeto y la empatía prevalezcan sobre el odio y la destrucción. Solo así podremos comenzar a sanar las heridas abiertas y avanzar hacia un país más unido y armonioso.