La crisis que enfrenta el transporte de carga en Chile es una problemática de gran envergadura que trasciende las fronteras del sector privado, poniendo en jaque la seguridad, la economía y el bienestar de toda la nación. La sofisticación y expansión de las mafias organizadas que operan en la industria no solo representan un riesgo operacional, sino una amenaza sistemática que compromete la integridad de los conductores, la continuidad del servicio y la estabilidad de toda la cadena logística. La evidencia de incrementos alarmantes en robos, especialmente en zonas estratégicas como la Región Metropolitana y el norte del país, revela un escenario de peligro que requiere una respuesta coordinada y efectiva.

El impacto de estas amenazas va más allá del robo material; afectan emocionalmente a los conductores, generan pérdidas económicas y deterioran la confianza en la seguridad de la carga. La creciente dificultad para obtener coberturas aseguradoras, junto con prácticas cada vez más sofisticadas por parte de los delincuentes, obliga a las empresas a replantear sus estrategias y a fortalecer sus sistemas de protección, adoptando nuevas tecnologías y procedimientos que puedan prevenir y responder con mayor eficiencia ante estos incidentes.

La respuesta del sector asegurador muestra una transformación necesaria, orientada a brindar asesoramiento integral, monitoreo en tiempo real y coberturas especializadas. Sin embargo, la verdadera solución requiere que esta problemática trascienda el ámbito empresarial y se convierta en una prioridad nacional. La seguridad del transporte de carga no debe considerarse solo una responsabilidad individual, sino un asunto de interés público y un pilar fundamental para la economía y la estabilidad del país.

La crisis del transporte en Chile nos convoca a repensar nuestro rol como nación en la protección de su sistema logístico. Es imperativo que actores públicos y privados unan esfuerzos para fortalecer las medidas preventivas, ampliar las tecnologías de protección y promover una cultura de seguridad que proteja a los conductores y a las cargas que sostienen nuestra economía. Solo mediante una acción coordinada y decidida podremos transformar esta amenaza en una oportunidad para modernizar y robustecer nuestro sistema de transporte, garantizando así un futuro más seguro y resiliente para todos.   

[Transportes Pezzola], como parte del gremio del transporte terrestre y logístico en Chile, expresa su profunda preocupación ante la grave crisis que enfrentamos en el sector del transporte de carga. Esta problemática va más allá de los desafíos operativos y afecta directamente la seguridad de nuestros conductores, la economía nacional y la estabilidad de toda la cadena logística del país.