Todos los especialistas están de acuerdo en indicar que al actual Gobierno le será imposible recaudar lo necesario para financiar los proyectos que ofreció en su programa. Y frente a tal escenario, en instancia de los Diálogos Sociales por la reforma tributaria que ha impulsado el Ministerio de Hacienda, la CNDC propuso que la nueva normativa aplique el principio de que “quien contamina o se moviliza por cualquier medio paga”, ampliándose el impuesto a los combustibles a los distintos medios de transportación, incluidos aviones, trenes y barcos.
El impuesto a los combustibles solo lo pagan quienes realizan transporte carretero, como buses, camiones y autos, mientras que otras fuentes móviles de contaminación, son eximidas del gravamen, pese a emitir gases de efecto invernadero; convirtiéndose, de paso, en competencia desleal para los 40.000 transportistas terrestres.
En [Transportes Pezzola] sabemos que las próximas décadas estarán marcadas por el cambio de los combustibles fósiles por energías no contaminantes, y tal desafío requerirá del acuerdo entre el Estado junto a los privados.